El Eternauta: cuando el rock argentino se encuentra con la ciencia ficción
- 5 may
- 3 Min. de lectura

La adaptación de El Eternauta, el clásico de Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López, no solo cautivó al público por su historia de resistencia y humanidad ante una amenaza invisible. También lo hizo por su cuidada banda sonora, que mezcla composiciones originales con canciones emblemáticas de la música popular argentina. El resultado es un soundtrack que potencia la narrativa y conecta emocionalmente con cada escena.
Desde su llegada a Netflix, la serie dirigida por Bruno Stagnaro y protagonizada por Ricardo Darín se convirtió en un fenómeno. Y mientras se analizan sus diferencias con la historieta, los efectos visuales o la representación del héroe colectivo, la música emerge como un elemento narrativo clave. No solo acompaña: dice, grita, recuerda, emociona.
Federico Jusid: la nevada también suena
El compositor argentino Federico Jusid fue el encargado de crear la música original de la serie. Su trabajo aporta tensión, dramatismo y emoción a escenas donde el silencio no alcanzaría. Jusid no impone su presencia, sino que se funde con el relato. La música incidental actúa como la nieve mortal: silenciosa, constante y determinante.
Clásicos del rock argentino: una identidad sonora
La otra cara del soundtrack está compuesta por canciones que marcaron generaciones, elegidas con precisión quirúrgica. Cada una no solo ambienta, sino que suma sentido, refuerza el peso emocional de lo que ocurre en pantalla y conecta con la memoria colectiva.
Entre ellas, hay una protagonista indiscutible: Manal. La legendaria banda de blues argentino aparece tres veces. En el primer episodio, Darín (Juan Salvo) canta a capela “No pibe” en medio de un cacerolazo. Esta escena fue una improvisación del actor que el director decidió mantener. La misma canción suena nuevamente en el último episodio, cerrando un ciclo. Más adelante, en una escena en tren, reaparece con “Jugo de tomate frío”. Finalmente, la serie se despide con “Porque hoy nací”, como un eco de resistencia y revelación.
Canciones que narran
Cada tema cumple una función específica en la serie. Algunas destacan por su carga simbólica o por la crudeza del momento que musicalizan:
"El magnetismo" de Él Mató a un Policía Motorizado acompaña el regreso de los sobrevivientes a su refugio en el capítulo dos.
"Fuego" de Intoxicados suena con fuerza al comienzo del episodio tres, mientras conocemos a Inga, una joven venezolana que se une al grupo.
"Cuando pase el temblor" de Soda Stereo tiene un rol trágico: una mujer canta la canción antes de ser atacada junto a su pareja.
"Credo" (Mercedes Sosa) embellece una escena desgarradora de sacrificio en una iglesia.
"Caminito" de Gardel, "Let It Snow" (Dean Martin) y "Auld Lang Syne" en versión española aportan tonos nostálgicos, festivos y funerarios, todos atravesados por la tragedia.
"Salgan al sol" de Divididos y "Chacarera del rancho" (Los Nocheros) aportan calidez y humanidad a escenas de convivencia precaria.
"El blues del atardecer" de El Reloj musicaliza una partida de truco que termina en caos, como reflejo del frágil equilibrio del grupo.
Una banda sonora que es memoria
El uso de estas canciones no es decorativo. Es identitario. El rock argentino de los 60 y 70 que escuchan los protagonistas (Juan, Favalli, Lucas y Polsky) representa la historia de una generación atravesada por la resistencia, la represión y la utopía. Esa misma música que supo hablar de dictaduras, crisis y sueños rotos, ahora suena en un futuro distópico con los mismos ecos.
Disponible en Spotify
La banda sonora oficial está disponible en Spotify a través del perfil de Netflix. Una excelente oportunidad para revivir la serie desde el oído, dejarse llevar por la potencia lírica de Javier Martínez, la emotividad de Mercedes Sosa o la poesía de Cerati, y repensar El Eternauta no solo como una serie, sino como una experiencia multisensorial.
Comentários